lunes, 26 de noviembre de 2012


CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA AGRICULTURA MODERNA


I.                 Introducción.

La agricultura en la Edad Moderna es el sector económico principal del que se ocupa la mayor parte de la población, en torno a un porcentaje que oscila en torno al 80% y proviniendo de éste sector una parte importante de los impuestos y rentas que iban a parar a los señores feudales, a la Iglesia y a las arcas de los incipientes Estados. Siendo predominante el sector agrario en toda economía preindustrial, caben destacar también la industria y el comercio como espacios que se van a desarrollar en ésta época, adquiriendo cada vez más protagonismo a lo largo de estos tres siglos y que están muy vinculados a la agricultura. Por un lado, la industria  textil, cuyo vínculo con la agricultura es obvio (lino, algodón, lana…), es una de las más destacables junto con la de la minería, ambas progenitoras de grandes fortunas que jugaron un papel importante en las nuevas prácticas capitalistas. Por otro,  el comercio vivirá en el siglo XVI una gran expansión, y será fuente de grades fortunas vinculadas también al mundo agrario: los cereales, el vino, la cerveza, las especias y la madera, entre otros productos serán muy frecuentes en los intercambios a larga y  corta distancia.


II.               Características generales de la agricultura europea (XV-XVIII).

La gran variedad de espacios geográficos de  Europa ha hecho que algunos autores dedicados a historia agraria hayan tenido que diferenciar cuatro regiones que tienen sus características y su evolución particular[1]; sin embargo, se pueden destacar varios elementos comunes en todas ellas:
·       En la agricultura de la Edad Moderna predomina la producción subsistencias, caracterizada por los escasos excedentes debido a:
o   Escasa tecnificación y pocos avances a lo  largo del periodo que además no llegan a generalizarse hasta bien tarde. Abonos naturales, escaso hierro en el utillaje, pocos sistemas de regadío…
o   Dependencia de circunstancias coyunturales como el clima, la calidad de los suelos, etc.
·       El carácter extensivo de la agricultura, caracterizado por la necesidad de roturar   bosques y baldíos y tierras de cada vez peor calidad, convertir tierras de pasto en tierras de cultivo o bien, aumentar la cantidad de trabajo para aumentar la producción. Esta forma de aumentar la producción tiene como consecuencia la disminución de los rendimientos por cada nueva parcela cultivada (ley de los rendimientos decrecientes).
·       Baja productividad debido a todo lo anterior.
·       Agricultura de base cerealista con predominio del monocultivo, lo que confirma efectivamente que pervive la agricultura de subsistencia. Los cereales más habituales eran el centeno y el trigo.


III.             Elementos novedosos en la agricultura de la Edad Moderna.

·       La apertura de mercados permitió la entrada de productos nuevos así como la explotación de otras regiones como el Caribe o las Antillas. Esto supone la llegada de la patata y el maíz como productos de primera necesidad y, por otro lado, el cultivo del café, el cacao y el azúcar.
·       La agricultura de carácter intensivo se fue dando más a menudo a lo largo del periodo, sobre todo en torno  a las ciudades. Estos cultivos solían ser muy variados y se solía combinar con una mayor intensificación de la producción. En estas experiencias incorporaban sistemas de regadío o novedades en cuanto a la rotación de los cultivos o del utillaje.
·       La especialización también se dio en ciertas zonas de entre las que destacan la horticultura en los Países Bajos, la vid en el mediodía francés y el arroz en el valle del Po. Estas excepciones se encontraban en zonas bien comunicadas, debido a que eran destinadas al comercio más que al consumo en el lugar.
·       Aumento del uso del hierro en el utillaje.
·       Procedimientos propios de Inglaterra y los Países Bajos.



IV.            Perspectiva cronológica de los cambios en la agricultura.

·       XVI: debido al aumento de población se ve un proceso de aumento de las roturaciones y tierras cultivadas; sin embargo, la producción seguí siendo escasa para las necesidades de la población, ya que la no hubo cambios importantes para aumentar la productividad de la tierra.
·       XVII: El empeoramiento del clima y  el gran número de crisis de subsistencias hizo que descendiera la producción. Las zonas más afectadas fueron el Mediterráneo y la parte oriental, que finalizan el siglo abandonando su buena posición en cuanto a producción de cereal, cediéndosela a Francia e Inglaterra, que consiguen incluso autoabastecerse.
o   En este siglo se percibe el aumento de vid y se produce la expansión del cultivo de patata en Irlanda. El trigo comienza a ganarle terreno al centeno.
o   Comienzan a destacar de forma importante las explotaciones de las Antillas, el Caribe y otras zonas coloniales.


·       XVIII: es en este siglo cuando se producen los cambios verdaderamente significativos palpables en el aumento de la producción, que permitió un aumento de la población sostenido.





BIBLIOGRAFÍA:


MARTÍNEZ RUIZ, E., etc; “Introducción a la Historia Moderna”, Istmo, Madrid, 2000
ARDIT LUCAS, M.; “Agricultura y crecimiento económico en la Europa Occidental Moderna”. Síntesis, Madrid, 1992


[1] F. Mauro diferencia entre el área mediterránea, la nórdica (Países Bajos), la atlántica (Islas Británicas) y la centro-oriental. MARTÍNEZ RUIZ, E., (etc.); “Introducción a la Historia Moderna”, Istmo, Madrid, 2000

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