jueves, 27 de diciembre de 2012

Crisis financiera en tiempos de Felipe IV

Aquí voy adjuntar el vídeo del grupo 4 formado por Alberto Arroyo, Carlos Castillo, Javier Martinez, Julio López.

http://youtu.be/HP46wevgcHo

Felices Fiestas

miércoles, 26 de diciembre de 2012

¿ Qué son los juros?


Se puede definir los juros como la primera versión de la deuda pública en la Corona de Castilla.  Son conocidos desde el siglo XIII, su colocación a cambio de numerario no se inició hasta el XIV. Hay tres clases de juros: vitalicios, perpetuos y al quitar, estos dos últimos son casi idénticos en la práctica, puesto que nunca se amortizaban los juros al quitar. Los vitalicios se cancelaban sin amortización, habitualmente al cabo de dos generaciones, por lo que su interés era mayor (12,5 y 14,3%).
Al no haber unidad de tesorería, la deuda seguía de modo inmediato a la renta mediante la fórmula del situado, por el que se concedía al titular el derecho a recibir sus intereses sobre una contribución y un lugar determinado. La diferencia de previsión de cobro de cada renta o lugar explica el interés por mudar, o sea trasladar la situación de la deuda de rentas de menor garantía a rentas de previsible mayor garantía.
Tras la quiebra de Felipe II a la muerte de su padre Carlos V, con la suspensión del pago de los asientos (17 de abril de 1557), el arreglo de la deuda procedente de los asientos impagados se pudo llevar a cabo recurriendo a la creación masiva de juros. Las Cortes de Toledo de 1559-1560 lograron la constitución de una junta de medios que elaboró un estudio sobre el valor de rentas y situados, con vistas a su consolidación. El total debía acercarse a 10.000 millones de maravedís, y la masa anual de intereses superaba los 550 millones. La deuda flotante y los atrasos suponían 1.950 millones. El decreto de 14 de noviembre de 1560 consolidó el sistema al pagar a los asentistas con juros al 5%, que se elevaban al 7,1% en el caso de los mercaderes y particulares perjudicados por el secuestro de las partidas procedentes de América. La inseguridad del sistema, dependiente de tales rentas de percepción irregular, parece un precedente de otras situaciones posteriores, como el caso de Law en la Francia de comienzos del siglo XVIII.
Los juros tuvieron una prolongada vida que permitió con muchos altibajos mantener la Hacienda de la Monarquía Hispánica hasta el final del Antiguo Régimen. El primer tercio del siglo XIX, con la Guerra de Independencia, la Independencia Americana y la Guerra Carlista hundieron definitivamente el crédito público que sólo pudo recuperarse con la Desamortización.

*Grupo 4: Alberto Arroyo, Carlos Castillo, Javier Martínez y Julio López

martes, 25 de diciembre de 2012

Vídeo El Comercio con Castilla. Caso de Simón Ruiz.

Como nuestro particular regalo de Navidad os dejamos por aquí el vídeo de nuestro grupo sobre el comercio con Castilla en el s.XVI y las Compañías de Simón Ruiz.
Esperemos que os haya gustado y que quizás en el futuro sirva a alguien para introducirse en este mundo de la Historia de la Economía en la Edad Moderna..quién sabe!
Felices Fiestas!!

https://www.youtube.com/watch?v=joucmD-HJR4&feature=player_embedded

Grupo 3: José Javier Fuentes, Alejandro Fernández, Patricia Esteban, Julia Aguilar Rosa.

viernes, 14 de diciembre de 2012

Impuestos característicos durante el Antiguo Régimen



Para tratar el tema relativo a los impuestos, debido a que en cada país tuvo unas repercusiones y unas funciones totalmente diferentes, me centraré únicamente en hacer un recorrido por los impuestos más característicos implantados en Castilla y su repercusión durante el período del Antiguo Régimen. En un primer lugar describiré los principales impuestos presentes en la Península y en segundo lugar ahondaré más en la historia de los que tuvieron una mayor relevancia durante este período.
Alcabalas: impuesto castellano que gravaba el comercio de mercancí­as. Suponí­a el 5% y luego el 10% del valor de la venta (aunque se podía negociar y por ende rebajar esa cuantía). Su recaudación se hací­a por arrendamiento o por encabezamiento (los municipios se comprometí­an a cobrar una cantidad, recaudada entre sus vecinos, y a cambio recibí­an contrapartidas polí­ticas de los monarcas).
Excusado: implantado en el año 1567, consistí­a en la cesión del diezmo de la tercera mayor casa o hacienda (luego serí­a la primera) de cada parroquia.
Primicias: consistentes en la cuadragésima y sexagésima parte de los primeros frutos de la tierra y el ganado.
Portazgos: impuesto que se exigí­a en las puertas de las ciudades y villas principales del reino, sobre las mercaderí­as que los forasteros introducí­an en ellas para su venta. Era un antiguo impuesto de naturaleza indirecta, existente en los reinos de Castilla, Aragón y Navarra que podía gravar los derechos de tránsito, como ya he citado anteriormente. En otras ocasiones gravaba las transacciones en sí y solían pedirse en los lugares de mayor concurrencia, sobre todo en las ferias y mercados. Podía gravarse tanto a las personas, mercancías o animales.
Pontazgos: similar al anterior, pero se pagaba una vez que se cruzaban los puentes.
Sisas: impuesto indirecto implantado en Aragón y luego en Castilla. Consistí­a en descontar en el momento de la compra una cantidad en el peso de ciertos productos (pan, carne, vino, harina); y la diferencia entre el precio pagado y el precio recibido era lo denominado “sisa”. Al gravar principalmente bienes de primera necesidad, era muy impopular.
Millones: impuesto extraordinario fijado por las Cortes de Castila, que se reservaban el control de su administración a través de una “Comisión de Millones” y comprometí­an a la Corona a dedicar lo recaudado a un gasto determinado.
Cientos: Impuesto de la corona de Castilla aparecido en 1629. En principio, constituyen una elevación porcentual del tipo teórico de las alcabalas. Se proponían por las cortes  y sancionaban por el rey para cubrir determinados servicios. Al unirse fiscalmente con la alcabala, se acabaron perpetuando.
No es exagerado afirmar que la unión de impuestos como la alcabala, los millones y los cientos, el núcleo de las llamadas “Rentas Provinciales” en el siglo XVIII, proporcionaban a la Corona una parte vital de sus ingresos fiscales. Al principio del siglo XVII, tanto la alcabala como los millones lograban suministrar alrededor del 50% de los mismos (momento en el que todavía no se habían introducido algunos impuestos como los cientos). Un siglo después, en 1702,  ambos impuestos aportaban casi el 55% de los mismos, lo cual conseguía que las recaudaciones de estas figuras reflejaran con bastante fidelidad las principales fases que tuvieron lugar en lo referente a la fiscalidad del país según la época. Por supuesto, existían otras fuentes de ingresos, como las aduanas, el servicio ordinario, las contribuciones religiosas y los estancos sobre varios productos de consumo, aunque su importancia era menor, pero sí que merece la pena destacar el crecimiento experimentado en la segunda mitad del Seiscientos  por el estanco del tabaco.
La alcabala, introducida en 1342 fue el impuesto más importante hasta el siglo XVII, cuando en 1635, los millones le desplazaron de este puesto de privilegio. Consistí­a en un impuesto extraordinario que se recaudaba con un fin concreto y que la Comisión de los Millones debí­a de administrar y supervisar su gasto sin sobrepasar nunca el objetivo solicitado. Esta primera concesión se solicitó, y utilizó, para reponer las arcas del Estado tras la grave derrota que sufrió la Armada Invencible en su intento de invadir Inglaterra. Tras tener que limitar su recaudación a seis cuotas anuales, finalmente éstos impuestos desaparecieron a mediados del siglo XIX. Los millones fue un tributo que se empezó a recaudar en 1536, mediante el Encabezamiento General del Reino, un acuerdo periódico que alcanzaron las diferentes ciudades que estaban representadas en las Cortes y el monarca, a través del cual las primeras se comprometían a entregar al monarca una cantidad fija previamente establecida y mediante el cual, se les permitía gestionar la cobranza del dacio.
A diferencia de la alcabala, los millones no eran desde un punto de vista legal un impuesto, sino que eran considerados un servicio; una ayuda temporal otorgada al monarca por las Cortes, que controlaban todo lo relativo a la recaudación y al gasto de fondos. Sin embargo, los millones acabaron por convertirse en un tributo más, ya que al igual que ocurrió con la alcabala y otros impuestos pronto perdieron su carácter temporal y se convirtieron en permanentes, al tiempo que el fisco regio consiguió un alto control sobre esta figura y el empleo de las sumas que iban siendo recaudadas, destinadas al pago de los juros y de los gastos que provocaban la política exterior que se estaba llevando a cabo en estos momentos. Los millones se recaudaban mediante la imposición de varias cargas, tanto monetarias como en especie, sobre el consumo del vino, del vinagre, del aceite y de las carnes (las llamadas cuatro especies, que eran considerados como los principales alimentos durante este período). Cada servicio tenía establecidos sus propios parámetros relativos a sus gravámenes.
Para terminar, haré especial mención a otro impuesto que cobra gran importancia durante el Antiguo Régimen en Castilla, que es el cientos, impuesto emitido por la Corona Castellana en 1629, fecha en la que se decidió usar las sumas recaudadas de un recargo del 1% en el precio de venta de cada producto para pagar uno de los dos servicios de millones que estaban por entonces en vigor (el de los 12 millones). A partir de entonces, el principal propósito de esta figura fue el de intentar completar los rendimientos de los servicios de millones. De hecho, fue éste el principal objetivo de los 3 primeros cientos, que fueron introducidos en los años 1639,1642 y 1656. Sin embargo, con la emisión del cuarto ciento hubo una modificación, que comenzó a correr desde 1662, y cuyo objetivo era el de servir de medio de pago a los juristas.
Con la llegada de la revolución francesa, que con el asalto final a la Bastilla se dio por finalizado el Antiguo Régimen, y se dio la bienvenida a un Nuevo Régimen, que en el caso de España, fue denominado “Régimen Liberal”, la mayorí­a de los impuestos medievales (todos ellos eran de carácter  indirecto) desaparecieron, y debido a ello, los nobles comenzaron a tener que pagar a la Hacienda Pública, aunque ni campesinos ni artesanos vieron cumplidas sus expectativas de ver hecho realidad un sistema fiscal justo.

ANDRÉS UCENDO, J.I., La fiscalidad en Castilla en el siglo XVII. Los servicios de millones (1601-1700), Bilbao, 1999.
ANDRÉS UCENDO, J.I., La fiscalidad castellana en el siglo XVII: “millones, alcabalas y cientos”.
ARTOLA, M., La Hacienda del Antiguo Régimen, Madrid, 1982.
FORTEA, J.I., Monarquía y Cortes en Castilla. Las ciudades ante la política fiscal de Felipe II. Valladolid, 1990.

Realizaco por: Julia Aguilar Rosa, Patricia Esteban Deleito, Alejandro Fernández Palmero y José Javier Fuentes Martín.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Semana de Prácticas

Estimado/as alumno/as:

Tras oportuna consulta en el servicio de personal, debo señalar que la semana próxima, efectivamente, es semana de prácticas. Es decir, no hay clases teóricas sino sólo la clase del miércoles, cuando visionaremos los vídeos. Os pido disculpas por el malentendido.

En consecuencia, el lunes y el martes no tendremos clase. A cambio, dado que tenía intención de dedicar ambas sesiones a "Hacienda y Fiscalidad", os cuelgo en CV los apuntes y un texto sobre el tema. Este material puede ser útil para la elaboración de los diferentes ejercicios (vídeo, preguntas del examen, etc.).

Por favor, eso sí, publicad en el blog de curso las búsquedas de información que tenéis encomendadas. Recordad que el número de entradas es un elemento de la evaluación.

Por supuesto, si tenéis alguna duda o deseáis consultarme cualquier cuestión relacionada con la clase, el vídeo, reseña, etc., no tenéis más que escribirme.

Nos vemos el miércoles 19!!!

Atentamente, con mis mejores deseos.

martes, 11 de diciembre de 2012

El comercio genovés


Una Nación, Diferentes Familias, Múltiples Redes. Genoveses en Castilla a principios de la Edad Moderna
Para empezar hablar de la presencia genovesa en la Península Ibérica, hay que comenzar  centrándose en uno de los temas de mayor tradición dentro del análisis de las comunidades mercantiles de la España Moderna. En este sentido, en ocasiones nos encontramos con trabajos más de tipo descriptivo que de carácter analítico, donde la mayoría versan sobre ciudades portuarias como Valencia o Sevilla, mientras que las ciudades del interior como Medina del Campo, Valladolid o Toledo, no cuentan con el mismo nivel de estudio.
Estos trabajos, que en su mayoría se inspiran en fuentes de carácter notarial, presentan unos límites, pues nos plantean un panorama muy estático cuando sabemos que tanto los genoveses como otros grupos mercantiles destacaron por un gran dinamismo, ya que por ejemplo solían enviar a los más jóvenes a completar su formación a otros centros económicos.
¿Comunidad o Comunidades Genovesas?
Normalmente se tiende a considerar la comunidad genovesa como un grupo homogéneo, pero en realidad, la nación genovesa era bastante diversa y por esta razón se podría hablar más en términos de comunidades.
Otro punto importante a la hora de analizar la nación genovesa son sus formas institucionales y/o políticas, donde cabe recordar que los genoveses fueron extendiendo una inmensa red de consulados por Europa y el norte de África, donde al frente se asentaban los apellidos más importantes de la república de San Jorge. En el caso de España, sobresale el consulado que tenía lugar en Sevilla, fechado en 1251 y dirigido por dos cónsules de alta alcurnia genovesa, y el cual era el espacio donde se resolvían los conflictos de la comunidad, así como un espacio de sociabilidad.
En cuanto a la evolución interna de las comunidades genovesas, sobresalen en el ámbito del pago de letras de cambio procedentes de diferentes partes de Castilla y Europa, lo que demuestra el alto grado de integración del que disfrutaban, gracias al cual podían reducir sus costes de producción y transacción, además de manejar y controlar la información. No obstante, los genoveses se fueron integrando en la sociedad castellana sin grandes dificultades a través de las redes comerciales, o también podían acceder por oficios concejiles y recibían encargos profesionales gracias a un extraordinario manejo de las prácticas mercantiles y financieras.
Una pregunta que debemos hacernos es ¿De dónde procedían los capitales utilizados para los pagos en la península Ibérica? Dos razones nos permiten intuir que los genoveses no trasladarían sus fondos desde otras partes del continente:
1.                 Carácter operativo, este elemento hace referencia a los costes de tiempo y dinero para hacer llegar a Castilla una cantidad de dinero que podría ser tomado y gestionado directamente desde aquí.
2.                 Relacionado con el mercado monetario europeo, con una moneda castellana revalorizada respecto a la europea y que por tanto tendía más a entrar que a salir.
En resumen, ¿Cuál fue el origen del dinero con el que operaban los genoveses en España? No son muchos los datos que tenemos al respecto y no podemos resolver aún esta pregunta.
La evolución de la colonia genovesa sería otro de los campos que exigen una cierta atención, en este sentido la etapa comprendida desde los últimos años del reinado de los Reyes Católicos hasta la tercera o cuarta década del siglo XVI para especialmente significativa, ya que es un campo donde sin duda hubo un importante incremento de la comunidad genovesa en España, y por ende, se empezó a extender una práctica de enorme calado social y económico: los mercaderes genoveses comenzaron a reconocer la firma de su compañero como propia, es decir, que para la ejecución de cualquier negocio no era necesaria la firma de todos los socios sino que las rúbricas implicaban una obligación mancomunada. Por lo tanto, a principios de la Edad Moderna se extendió una para difundir sus asociaciones y dinamizar las actividades económicas con otros actores y espacios.
Genoveses al poder. Fiscalidad y Banca  a principios del siglo XVI
A partir de 1528, y muy especialmente desde las primeras bancarrotas de Felipe II, se asistió al denominado “siglo de los genoveses” y desde un punto de vista estrictamente económico, el secreto residía en el trabajo con dinero. Efectivamente, si por algo comenzaron a destacar los genoveses en el tránsito a la modernidad fue por sus facilidad para mover dinero dentro y fuera de Castilla, siendo los protagonistas de una primera formación de circuitos financieros básicos para las necesidades de las monarquías.
La información constituye un punto de gran transcendencia en el éxito de las redes genovesas, porque poseer la información más actualizada y fiable constituía un ingrediente sin el cual no era fácil conseguir el éxito. Por lo tanto en este sentido, los genoveses no sólo resultaban interesantes gracias a sus actividades económicas, sino que estaban en disposición de ofrecer información de gran calado. Y a cambio, ¿qué podía ofrecer la Monarquía? Pues los negocios de la Real Hacienda estaban sujetos a un notable riesgo, pero entrar en este tipo de negocios, les otorgaba una reputación que se traducía en un aumento de la confianza, algo fundamental que llegado el momento sabría ser utilizado en cualquier plaza europea. En consecuencia, los genoveses no sólo utilizaban la hacienda para obtener dinero fácil sino también para mejorar sus posiciones dentro de los juegos financieros. A principios del siglo XVI la colaboración se extendió en varios ámbitos:
1.                 La gestión de empréstitos y la recaudación fiscal, cabe señalar que hubo préstamos a la Real Hacienda en los que entraron genoveses y castellanos aunque no fue lo más común.
2.                 Cobro de juros y libranzas, su intervención en el mercado de deuda real tuvo dos vías:
-                     Como vendedores o intermediarios directos para la colocación en el mercado de enormes juros.
-                     Como cobradores de títulos ajenos.
Conclusión
Actualmente hay nuevas fuentes y métodos que nos permiten enfocar prometedores análisis a la hora de recrear la vida de la nación genovesa. No obstante, el estudio de la comunidad ligur es susceptible de tantear nuevas vías interpretativas como la creación de la figura del genovés como un extranjero siempre dispuesto a la rapiña, cuando la adscripción en el Antiguo Régimen dependía de factores como la religión o el servicio; o analizar las diferentes fuentes de archivo donde se recoge la labor del genovés respecto a la monarquía en términos de ayuda. De algún modo, analizar a la comunidad de genoveses no es otra cosa que hablar de la Monarquía Hispánica desde una determinada óptica, así como de los poderes que la sustentaron en todo momento.


Grupo 3: Julia Aguilar Rosa, Patricia Esteban Deleito, Alejandro Fernández Palmero y José Javier Fuentes Martín

domingo, 9 de diciembre de 2012

Flujos de información en las redes comerciales castellanas

A modo de introducción el autor propone la idea del éxito comercial en relación con una circulación optima de noticias . Estos flujos informativos se han estudiado desde 3 ámbitos diferentes: El Consulado de Burgos , las relaciones en el campo de los seguros marítimos burgaleses y la documentación proveniente de la compañía de Simón Ruiz.

en primer lugar se ha de tener muy presente la importancia de estar bien informado , destacar el desarrollo de las diversas redes informativas a partir del siglo XV coincidiendo con un tiempo en el que observamos una destacada expansión en el ámbito comercial , se forja entonces la necesidad de disponer de una buena y abundante información para poder realizar una buena gestión empresarial.En un principio las noticias circulaban de manera oral,progresivamente se asiste a un desarrollo de unos sistemas formales de transmisión de la información.Todo ello derivó en una mejor disponibilidad de la información para los mercaderes , configurándose el correo y la contabilidad como métodos mas empleados en este campo, dándose la recogida , compilación y elaboración como labores principales en esta materia , la gestión de la información se torna pues importante. También debe destacarse la relación información-competitividad , a mayor información mejor competitividad y viceversa.Los mercaderes se agrupan entorno a a diversas redes mercantiles que actúan a modo de agrupaciones corporativistas , cuyas labores principales son las de defender,impulsar y garantizar los intercambios informativos y mercantiles , así como proteger al mercader allí donde se establece.     

estos mercaderes favorecieron la aparición de diversas colonias mercantiles de origen castellano , las mismas surgieron durante los siglos XII al XVI,las mismas estaban integradas por interdependencias entre mercaderes individuales o pequeños  socios , insertos en el ámbito local aunque colaboran con grandes grupos y compañías mercantiles que proporcionan una mayor diversificación en los negocios. El siglo XIII  se configura como la fecha en la que se data una presencia continuada de comerciantes castellanos en plazas europeas , en un principio de manera aislada para irse consolidando posteriormente . se da a su vez una institucinalización de las mismas.Aparece la figura de los Cónsules de Castilla o España , configurándose estos como los representantes de los castellanos en los diferentes territorios.Por otra parte estas redes mercantiles aparte de como organizaciones de protección y defensa mercantil , se consolidaron como ejes de salvaguarda espiritual y de solidaridad entre los diferentes individuos que las integraban. así mismo vemos un establecimiento diverso de estas redes mercantiles , situándose en zonas como Los Países Bajos , Francia , Inglaterra , Portugal o Italia.

Debemos tener claro la idea de que una red comercial eficiente es aquella con buenos canales de informacion , el mejor canal de información es la correspondencia mercantil , que el autor analiza mediante las 3 fuentes antes citadas:

El correo del Consulado de Burgos

Le corresponden funciones múltiples , entre ellas la de disponer de un sistema de correo , para sus necesidades y la de sus miembros  , esto les proporciona ventaja sobre sus competidores , importancia de la documentación del Consulado de Castilla en Brujas, se da también una preocupación por la rapidez y la regularidad en la correspondencia .Este tipo de correo es utilizado tanto por particulares , como por personajes de mayor rango como nobles o incluso los propios reyes.La idea principal que de aquí debe extraerse es que el desarrollo comercial en España durante el siglo XVI , incrementó el uso del correo como método de información, buscándose así un aumento del éxito empresarial.

Los seguros mercantiles 

Burgos se torna como centro neurálgico de la red comercial castellana en Europa , poseía un sistema de contratación que se efectuaba mediante 2 tipos de intermediarios,que se ponían en contacto con los mercaderes o los dueños de los barcos , además de con los corredores de negocios que se encargaban de fijar el contrato con los primeros.Hemos de entender este sistema como un eje global  que permitía a los residentes de todos los lugares de Europa contratar seguros en Burgos , se da una actuación sobre numerosas rutas , hablamos por tanto de una red de actuación amplia , que revela una necesidad de una enorme circulación de información .A través de la misma llegaban los datos para contratar las pólizas de seguros y las condiciones para hacerlo , por lo tanto se configura la necesidad de tener numerosos informantes institucionales o simples miembros de la red comercial , esto es por tanto un elemento de interés común en el que todos colaboraban.

Correspondencia de la Compañía de Simón Ruiz 

Reúne en su haber una correspondencia proveniente de todo el mundo , destacando varios centros económicos de Europa y España.Estas cartas podían ser enviadas por correo ordinario , es decir por vía terrestre o marítima , o en algunos casos de urgencia podían ser entregadas en mano. Las distancias a las que tenia que hacer frente este correo no eran tan grandes como se pensaba , la llegada de este dependía de diversos factores:el tiempo , las infraestructuras , la urgencia del mismo... Las tarifas también eran variables , aunque es preciso decir que el correo se encareció menos que otros servicios, los costos eran pagados generalmente en el lugar de destino o anticipadamente dependiendo de la urgencia y del poder del emisor.

Como conclusión decir que la información se tornó vital en los campos político y económico , el desarrollo de la información , así como de sus canales de transmisión permitieron integrar a España en los circuitos financieros europeos  , situación que se desintegró con el paso de los años , debido fundamentalmente a factores de crisis interna. 















Carta siglo XVI


Grupo 4: Alberto Arroyo,Carlos Castillo, Javier Martínez, Julio López

viernes, 7 de diciembre de 2012

Edición de vídeos

A continuación os dejo aquí 2 vídeos tutoriales acerca de la edición de vídeos para el trabajo que debemos entregar en breves , en mi opinión son de gran ayuda , uno esta orientado para novatos en el tema , y el segundo va dirigido a aquellos que quieran subir un escalón mas allá.

Saludos a todos y aquellos que tengan alguna duda por favor decidmela.

el primero es con Movie Maker

http://www.youtube.com/watch?v=mxX--c2yxV4

el segundo con Nero

http://www.youtube.com/watch?v=r2UiIWVM3To

Desarrollo urbano y decadencia española (2ª parte)

Siguiendo la estela de la entrada de más abajo, continuamos tratando la cuestión del desarrollo de la ciudad de Madrid y su relación con la decadencia del resto de ciudades castellanas. Ese circuito de mercancías con los mercados regionales e industrias artesanales del siglo XVI tenía varios focos importantes: Segovia, Guadalajara, Cuenca, Ávila, Toledo, Talavera, Valladolid, Burgos...

A su vez cada uno tenía unas funciones en particular. Por ejemplo Toledo era el centro coordinador de todas estas ciudades. Burgos se encargaba de la conexión con la costa del Cantábrico, mientras que Sevilla lo haría con la costa sur. Otras ciudades castellanas, como Cuenca y Segovia serían importantes centros pañeros. Y Valladolid y Granada tendrían una función de centro burocrático, cada una dedicada a la mitad norte y sur respectivamente. De entre todas estas ciudades las dos que más sobresalían eran Toledo y Valladolid.

El desarrollo de Madrid como capital desde finales del siglo XVI trastocaría este circuito y, según el autor, la decadencia de estos centros urbanos. La expansión de la nueva capital desvió de estas ciudades una cantidad importante de recursos, riqueza e inversiones. Pero también de las élites y los productos que estas reclamaban. Así mismo la ciudad se fue llenando progresivamente de gente pobre, donde se acentuaron las diferencias. De este modo la producción quedaba más polarizada entre lujo y lo más básico, acabando con las industrias intermedias que destacaban en las ciudades citadas más arriba. 

Este circuito quedaría tocado definitivamente desde 1610 cuando se consolidó una red de abastecimiento concreta para Madrid, siempre controlado por esa pequeña élite. Por ejemplo en 1630 la ciudad contaba con 175000 habitantes. Y la emigración aumentó desde el siglo XVII. En 1690 Madrid contaba ella sola con más del 60% de la población urbana de toda Castilla. En el año 1800 Madrid contaba ya con 200000 habitantes.

En esta decadencia encontraremos excepciones. Talavera y Cuenca tendrían incluso cierta expansión debido a que estaban dentro de las rutas de abastecimiento a Madrid, la primera con Portugal y la segunda con Valencia. Además los pueblos más pequeños que no estaban dentro de ese circuito inicial tampoco sufrieron grandes pérdidas pues su economía rural y de subsistencia era en gran parte autónoma. 

Como consecuencia en Castilla se dio una resistencia al cambio con un estancamiento generalizado debido a la excesiva dependencia del ganado ovino, las actitudes antieconómicas, las manos muertas en manos de la Iglesia o los mayorazgos, la falta de crédito. Todo, o el gran grueso, de los esfuerzos económicos y políticos se destinaba a Madrid.

Víctor Moreno, grupo 2



miércoles, 5 de diciembre de 2012

Ciclo de Innovación (R. Carballo)


¡Saca tu carácter innovador en el ciclo de Innovación social!

Queridos amigos, como ya sabemos, la crisis es el pan de cada día pero ante la crisis te proponemos que te unas a nosotros para desarrollar el carácter innovador que tienes dentro. Y que mejor forma de hacerlo rodeado de gente que tienen las mismas ganas e ilusión de aprender y aportar ideas al mundo que nos rodea.

El ciclo de innovación social tiene como objetivo la creación de varios microproyectos que se enmarcan en un gran proyecto con la intención de conseguir mejoras en la sociedad. Por lo tanto significa que, valen todas las ideas que se presenten.
La propuesta de este ciclo es dar soluciones a los problemas que se están planteando en la sociedad o problemas futuros que recorten los espacios sociales que nos rodean.

El periodo este ciclo consta  de una serie de reuniones donde debatiremos los problemas sociales que percibimos mediante grupos. Ello implica cierto compromiso con los compañeros, para poder sacar la idea adelante.

¿Te va interesando?,

Sólo se necesita gente con ganas e ilusión, no se requiere titulación ya que lo que interesa es ver las distintas opiniones y formas de percibir los problemas sociales.

¿Ya quieres apuntarte?

Para seguir contándote esta historia que tiene buena pinta sería una buena opción que pudieses acercarte el jueves día 13 a las 16.h. en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología, aula ______  Allí aprenderás o empezarás a sacar tu carácter innovador.

Sí concluyes este ciclo de innovación se te dará un certificado de participación y aprovechamiento si superas las primeras reuniones y un certificado específico si terminas el programa completo.

martes, 4 de diciembre de 2012

Desarrollo urbano y decadencia española (1ª parte)


Este artículo de David Ringrose fue publicado en 1983, en el primer número de la Revista de Historia Económica que edita la Universidad Carlos III. Tuvo bastante repercusión, ya que consiguió reabrir  el debate sobre las causas de la decadencia española en los siglos XVI-XVII. La tesis principal de Ringrose es que el establecimiento de Madrid como capital tuvo un resultado desastroso para la red urbana castellana, en la que el comercio regional se vino abajo, arrastrando a las industrias locales a la ruina. El punto de vista del estudio de Ringrose es el de la geografía económica.


En primer lugar, el artículo cita las dos tesis más conocidas acerca de la decadencia española. La primera, la visión del Quijote, es la tesis de la obcecación: la responsabilidad recae directamente sobre la camarilla autocrática que rodeaba a la realeza, una élite tradicionalista que consiguió detener la entrada de las nuevas ideas, como las que estaban surgiendo en Holanda, Inglaterra o Francia, impidiendo que el país se modernizara.

La segunda, más estrictamente económica, es la tesis de la bancarrota: la llegada de metales de América provocó un aumento de los precios, el complejo sistema fiscal español no supo adaptarse bien a la nueva situación y los gastos de las guerras y las subsiguientes bancarrotas acabaron arruinando al capitalismo castellano. Los intentos de reforma del Conde Duque de Olivares surtieron el efecto inverso al esperado, con sublevaciones en Cataluña, Vizcaya, Portugal y Nápoles, que desintegraron las redes de poder e influencia real.

Frente a estas dos visiones, Ringrose se pregunta por los motivos de la decadencia demográfica castellana. En otros lugares, como Inglaterra o el Languedoc, la población se estancó pero no disminuyó, como sí ocurrió en la Castilla de finales del XVI y principios del XVII. Dado que este territorio era la base económica de la monarquía, el autor señala este hecho como responsable de la decadencia española y apunta hacia un único culpable: Madrid.

Según Ringrose, los Austrias hicieron de Madrid una ciudad rica, donde se empezaron a concentrar las élites sociales de alrededor. Esta élite exigía productos de lujo, lo que redirigió toda la demanda hacia la capital. Sin una industria orientada al exterior, Madrid absorbía los recursos de su entorno pero no le devolvía nada, y eso acabó arruinando a las ciudades intermedias de Castilla y desactivando sus redes de comercio interregional.

Ringrose explica que, en un contexto de libre mercado, las redes urbanas de comercio se tejen de forma equilibrada, siguiendo una jerarquía más o menos natural, en la que la segunda ciudad más grande es la mitad o tres cuartos de la primera, la tercera es la mitad o tres cuartos de la segunda y así sucesivamente, hasta siete categorías. Este modelo funciona bien en un territorio con una demanda de consumo dispersa, como la Castilla anterior a los Austrias.

Sin embargo, en aras de otros fines, este desarrollo regional puede verse alterado artificialmente y provocar una crisis poblacional como la que nos ocupa. La intervención de los Austrias sobre la ordenación geográfica española provocó, según el autor, que el sistema comercial castellano se volviera dendrítico: todas las ramas acababan en el mismo tronco, Madrid, pero no se relacionaban entre sí.

Como ya hemos visto en clase, no es del todo cierto que Madrid no tuviera industria. Hay otras objeciones que se le pueden hacer a la interpretación de Ringrose, aunque no es cuestión de exponerlas todas aquí. Sin embargo, la suya es una visión distinta de la decadencia española, bien argumentada y que consigue generar debate. Vale la pena tenerla en cuenta, aunque sea para discutirla.

Grupo 1

lunes, 3 de diciembre de 2012

EJEMPLOS DE GRANDES FÁBRICAS EN LA EDAD MODERNA


EJEMPLOS DE GRANDES FÁBRICAS EN LA EDAD MODERNA

En el siguiente trabajo tenemos como objetivo el estudio de grandes fábricas en la Edad Moderna. Como ejemplos para la realización de esta tarea hemos escogido a las cuatro principales potencias del periodo objeto de estudio, que no son otras que la Monarquía Hispánica, Francia, Gran Bretaña y los Países Bajos. La relación que hemos establecido entre los distintos estados citados la realizaremos dos a dos, es decir, compararemos a través del binomio Gran Bretaña-Países Bajos y Monarquía Hispánica-Francia por la relación directa que entre ellos mantenían dentro del marco de la industria.

De este modo, se puede reseñar a Gran Bretaña, en la cual destacaban industrias de cuchillerías y armas en Birminghan o Sheffield, el algodón de Manchester o los altos hornos de Glasgow. No obstante, la principal cadena industrial destacable en este territorio es la textil, en concreto, el ejercicio del sistema del Putting-out system, el cual consistía en la entrega de las herramientas de trabajo por parte del empresario a los trabajadores, de tal modo que realizaban la tarea sobre el producto y lo entregaban ya manufacturado al propietario para que lo comercializase. Un ejemplo claro de este tipo de política manufacturera sería la fábrica de Winchcombe en Newbury, la cual contaba con más de mil trabajadores a su servicio. A parte de esta metodología de trabajo, cabe destacar el sistema de New Draperie, que se definiría como aquellos tejidos realizados con lana cardada de peor calidad que la de los competidores y que, en consecuencia, abarataba su precio de mercado, con lo que trasladó de la cabeza del comercio de la lana a otros productores europeos en los mercados de climas templados y cálidos.

En cuanto a la relación que mantendría Gran Bretaña con Países Bajos, podría citarse la industria de los Fluyt o de los barcos conocidos como filibotes, tan demandados en los siglos XVI, XVII y XVIII y que cuyos principales astilleros de hallaban en Rotterdam o Amsterdam. Sin embargo, no se podrían excluir de las principales industrias de Países Bajos a la industria de lino en Amberes, alfileres en Lieja, lana en Hondschoote o la ciudad de Leyden como principal centro textil de Europa a mediados del siglo XVII.

El otro binomio de relaciones a colación de las grandes industrias de la Edad Moderna sería el de Francia y la Monarquía Hispánica. Antes de destacar la causa de esta correspondencia, se debe aludir a la importancia de las fábricas de lana de Van Robais en Abbeville o las de John Holker en Rouen, Sans o Bourges; sin olvidar la importante industria de algodón habida en la cuenca del río Ródano. Aun así, el ejemplo más claro de gran fábrica francesa en la Edad Moderna fue la Manufacture Royale des Gobelins o fábrica de tapices reales, creada por Corbet, ministro de economía francés en tiempos de Luis XIV, en su ímpetu por mejorar la economía francesa a través del proteccionismo económico que evitase las importaciones del exterior y beneficiase a los productores franceses. Precisamente, este tipo de política económica fue exportada a la Monarquía Hispánica en tiempos de Felipe V, bajo cuyo reinado se imitó el citado modelo con la creación de Reales Fábricas y fue continuado por el resto de monarcas de la dinastía Borbón en el siglo XVIII. Como ejemplos ilustres y célebres, se podrían citar la Real Fábrica de Sedas de Talavera de la Reina, inaugurada en 1750 y acogedora durante su funcionamiento de más de 4000 trabajadores; o la Real Fábrica de Armas de Toledo. En territorios de ultramar, destacan otros ejemplos como la Real Fábrica de Tabacos de México o la Real Fábrica de Aguardiente en Guayaquil.








































REALIZADO POR:
ALBERTO ARROYO RODRÍGUEZ-VALDÉS
CARLOS CASTILLO CASTILLO
JAVIER MARTÍNEZ PEDRERO
JULIO LÓPEZ ARTEAGA

sábado, 1 de diciembre de 2012

Industria y Manufactura s. XVII- s.XVIII


Di Vittorio, Antonio, coord. (2003): Historia económica de Europa. Siglos XV-XX. Barcelona, Crítica.

En este libro del profesor de la Universidad de Bari Antonio di Vittorio, se nos ofrece un claro y ameno repaso en forma de manual por la evolución de la economía en el espacio europeo. En los capítulos abordados en este resumen se repasan los cambios y transformaciones  de la actividad preindustrial y manufacturera a lo largo del s. XVII y XVIII que conducirán a nuevas formas de producción y principios económicos que darán paso a la era del capitalismo industrial.
Resumen
A lo largo del s.XVII las actividades de transformación no sufrieron modificaciones sustanciales, sólo cierto progreso técnico pero en algunos sectores concretos. Estas actividades de transformación se dan tanto en el contexto rural como en el urbano.
-                     - Por un lado en la ciudad encontramos el sistema de gremios (taller artesano organizado  de forma jerárquica con un maestro- jefe del taller, oficiales y aprendices, que ejercía tareas de control de calidad, asistencia mutua entre los socios etc.) que seguía siendo fuerte sobretodo en Italia, pero también en España, Alemania y Francia. Sobre el debate por el que cierta corriente historiográfica acusaba a los gremios de ser un sistema causante del anquilosamiento económico a fines de la Edad Moderna por causas como el excesivo control de la calidad de los productos y sobre el tipo de organización empresarial, el autor considera que estudios recientes han revocado esta visión y que los gremios supieron responder de forma flexible a los retos del mercado internacional.

Con la ampliación del mercado hasta llegar a un mercado internacional a lo largo del s. XIV y XV, los gremios ya no podían proveer la demanda y fue surgiendo la figura del comerciante-empresario que tendrá un papel protagonista en la historia económica de la Edad Moderna.
-                       - Por otro lado en el campo empezó a emplearse la mano de obra de campesinos para las manufacturas textiles.

           Sin embargo esta división en la organización de la producción industrial se irá unificando en el seno de un único sistema (domestic system)a lo largo del s.XVII : se confiaron a los campesinos los trabajos que mayor exigencia de trabajo tenían y menos especialización, los artesanos se ocupaban de operaciones que requería mayor cualificación y delicadeza (más remunerados) Se establece entonces una división del trabajo. De esta forma se consigue contener los costes de producción y la necesidad de controlar la calidad del producto.
Surgimiento del putting-out system,  este sistema en el comerciante-empresario, generalmente de un gremio, subcontrataba el trabajo campesino buscando menores costes de producción.  Cabe señalar que este sistema de organización de la producción se relacionó casi exclusivamente con el sector textil. ( En otros sectores problemas como la alta especialización requerida o los obstáculos que suponían las formas de arrendamiento de la tierra)
Por lo tanto la consolidación del putting-out system no supuso el fin de los gremios que en regiones como Italia siguieron muy activos, aunque es cierto que hay casos como Países Bajos e Inglaterra, donde este tipo de organización se debilitó mucho  ya que la actividad manufacturera se había desplazado completamente al campo.
A lo largo del s.XVII factores como la baja incidencia de las crisis demográfica y por lo tanto un mayor desarrollo del mercado interior; la consolidación de una agricultura más eficiente que permite el trabajo campesino en manufacturas; y la definitiva consolidación del comercio internacional convertirán a países como Inglaterra y Países Bajos  en los mayores productores de manufacturas, con ciudades puntos de referencia en la economía internacional.

Protoindustrialización s.XVIII
Franklin Mendels acuñó este término para describir ese proceso de producción preindustrial en el que los comerciantes-manufactureros daban primero los materiales a trabajadores a domicilio que realizaban la manufactura en sus propias viviendas. Se hace hincapié en esta definición en la importancia de la ruralización de la manufactura en el s.XVIII, que se alejó de los monopolios manufactureros ejercido por las ciudades anteriormente.
Estas manufacturas rurales podían desarrollarse únicamente en lugares donde existiera un excedente de mano de obra. Esta protoindutrialización también se vincula con la expansión demográfica, ya que al necesitar de mayor mano de obra, se incentiva el aumento de la natalidad.
Surgen problemas con respecto a este sistema de protoindustrialización, entonces se empieza a considerar la posibilidad del sistema de fábrica que sustituía la producción a domicilio y aportaba una mayor flexibilidad para que el empresario pudiera responder a los cambios en el mercado.
Caso de Bélgica, en el que el autor se centra no sólo por su especial crecimiento económico durante el s.XVIII, sino como ejemplo de que el crecimiento económico y la industrialización no tenían por qué ir de la mano a lo largo del s.XVIII.
Nos encontramos con una región europea rica en recursos naturales, con una agricultura de las más avanzadas, importantes redes fluviales y carreteras. Sin embargo en Bélgica no se produjo un proceso de industrialización tan temprano dado que la presión por sustituir la mano de obra por máquinas no era tan fuerte en el s.XVIII ya que había gran cantidad y a bajos costes.  Aunque a lo largo de este siglo sí que se producen avances y cambios como en el sector textil con centros como Gante y Veviers donde, se vivió un proceso que nos muestra la dirección que va a tomar las nuevas economías, como es la sustitución de los tejidos de alta calidad por otros más ligeros y baratos de algodón. Sin embargo este proceso de expansión de la producción no vino acompañado de una asimilación de las nuevas tecnologías.
Si que se produce en toda Europa una progresiva especialización regional en la producción de manufacturas.
Francia y el Reino Unido
 El autor recurre a la comparación de las condiciones económicas de Inglaterra con otros países como Francia y Bélgica para explicar que la primera se convirtiese en lugar donde se establecieron las innovaciones más decisivas, base de una nueva economía industrial.
Francia poseía de una potente industria textil, altamente especializada que también habían optado por tejidos de algodón más asequibles y de menor calidad, además poseía unos recursos naturales favorables para su economía y una mano de obra abundante. La abundancia de mano de obra y de recursos a buen precio permitieron que la industria francesa creciera sin dificultades,al contrario que en Inglaterra que ante la falta por ejemplo de madera  y carbón provocaron la aparición de nuevos inventos para evitar la dependencia de estos productos.
Esta rápida difusión de las nuevas tecnologías como las de la hilatura implicó una serie de efectos en cadena que supusieron un estímulo para otras ramas de la industria y el comercio. Pero la eficacia económica de estas innovaciones técnicas sólo fue posible por la fuerza de la demanda interna y externa, principal diferencia entre la Inglaterra del s.XVIII y países como Francia y Bélgica. 
En Inglaterra el dinamismo de los mercados internos y externos provocaron un gran crecimiento económico, la industria inglesa cubría mercados de gran volumen y bajo coste, mientras que en el mercado francés se comerciaban productos manufacturados de gran calidad, en un mercado más pequeño.

Otras regiones manufactureras preindustriales en Europa
Renania, trabajo del metal y de minería; Berlín, importante industria de la seda; en tierras de los Habsburgo como Bohemia y Moravia con uno de los mayores índices de manufacturación, producción de lana, algodón y lino, llegada temprana de las nuevas tecnologías que mecanizaron la hilatura en el s.XVIII, de hecho podía haber llegado a una industrialización temprana pero la política proteccionista Habsburgo lo impidió. Cataluña, desarrolló un nuevo y floreciente sector manufacturero basado en el estampado y tinte de telas importadas de calicó.


Grupo 3 Patricia Esteban, José Javier Fuentes, Alejandro Fernández Palmero, Julia Aguilar.

Protoindustria



La Protoindustria es un modelo de producción económico que nace a finales de la Edad Medieval pero que tendrá su mayor auge durante la Edad Moderna, de hecho, su etapa de consolidación se sitúa en el siglo XVII.
Es un sistema impulsado por el contexto favorable del siglo XVI constituido por el crecimiento demográfico y la prosperidad económica. Factores que a su vez dejaron al descubierto la incapacidad gremial de satisfacer las grandes necesidades de producción de esa numerosa sociedad, así como la falta de trabajo. Gran importancia del contexto.
La protoindustria es un modelo de producción que se desarrollara en el ámbito rural, presentándose en combinación con otras actividades económicas como la agricultura (en épocas donde no había trabajo en el campo los campesinos se dedicaban a estas labores) e incluso con los gremios, así los artesanos obtenían beneficios adicionales. Estas familias no basaban su economía familiar en estas labores sino que eran fuentes de ingreso siempre adicionales.
La protoindustria está relacionada en su mayor medida con la industria textil, pero hay que tener en cuenta que no de forma exclusiva. También se producían productos ajenos a este sector.
La protoindustria consiste en su modelo más básico, en un mercader emprendedor que compra materia prima y la reparte entre diferentes familias campesinas las cuales desarrollarán por separado una parte del proceso de producción. Es decir, una realizaba los botones, otros las mangas… así la tarea final del mercader seria su comercialización. Este hecho da lugar a un gran número de productos que como características principales presentaban una menor calidad pero también unos precios más bajos por lo que tuvieron gran acogida en la sociedad.
Así como este es el modelo básico existían una amplia gama de variedades. No siempre se repartían los procesos de producción entre diferentes familias sino que a veces un mismo núcleo familiar realizaba todo el trabajo. También hay que tener en cuenta que muchas veces el factor personal jugaba un importante papel y el mercader daba el trabajo a familias con las que tenía un lazo personal o un mayor sentimiento de compatibilidad, y también por la cercanía al centro urbano donde iban dirigidos los productos y así ahorraban en transporte, eran múltiples los factores que hacían declinar la balanza.
Entre los diferentes modelos de producción destaca el “Kaufsyste”, el cual consistía en que el artesano rural era el propietario no solo de los instrumentos de elaboración sino también de la materia prima y la acción del mercader se reduciría solo ha comerciar con los productos.
La protoindustria tendrá un gran éxito pues fue capaz de abastecer las necesidades de una población urbana cada vez mayor y hacerlo con unos precios bajos y asequibles. Es importante el concepto de que se desarrollase en el campo, una idea que choca con la historiografía clásica que presenta siempre a la industria en la ciudad, aunque es verdad que a pesar de que la protoindustria se desarrollase en el campo surgió por las necesidades urbanas.
Frente al movimiento gremial este sistema presenta la novedad de no estar sujeto a unos patrones tan marcados y rígidos sobre precios o cantidad producida si no que eran flexibles y se adecuaban al comercio actual y a sus variantes. Sus precios, sus salarios, su demanda, todo estaba subordinado al comercio y sus factores. Suponía un sistema más dinámico con estructuras de tipo capitalista, pues la finalidad última del mercader es obtener beneficios.
Este sistema terminaría decayendo debido a su propio estancamiento, pues no se producía un cambio técnico y solo podía expandirse extensivamente aumentando los costes marginales.
Además el ritmo de producción era muy inestable pues los campesinos priorizaban su trabajo en el campo y asumían este como algo meramente adicional. También recalcar que el hurto y derroche de la materia prima fue una constante. Este contexto se orientó a la transición hacia un sistema fabril centralizado que organizaba todos los procesos bajo un mismo techo, organización de la producción y del trabajo que ofrecía menores costes de transacción.
Así, la protoindustria es por tanto un proceso intermedio entre la manufactura rural y la industria. Su mayor definición y aportación será como proceso preliminar a la Revolución Industrial. Paso fundamental para llegar a ella.

Elena Marcos 
(no ha podido subirlo ella por problemas con el blog).

Revolución Industrial



Maxine Berg, actual profesora de University of Warwich, desarrolla una teoría sobre la Revolución Industrial dentro de la corriente historiográfica de inicios del siglo XXI.
Hace hincapié en la importancia de los pequeños talleres y de los cambios de organización de trabajo que en ellos se produce, así como también trata las transformaciones tecnológicas (herramientas y pequeñas máquinas) y de los trabajadores y sus habilidades manuales.
Defiende que la Revolución Industrial fue la era del desarrollo y no la del ferrocarril, algodón, o vapor. La industria no se sitúa en el corto estallido de finales del siglo XVIII, sino por el contrario, en todo el contexto de este siglo.
Toma un concepto de cambio tecnológico diferente. Mientras que en la visión ortodoxa se tenía solo en cuenta a la maquinaria, Berg incluyo también la organización. Propone cuatro ámbitos de investigación como punto de partida:
1.División regional del cambio económico
2. El estudio de la tecnología
3.La organización del trabajo y la distribución sexual del mismo
4.El comercio y el consumo

Los incrementos de la productividad se debían a los cambios técnicos y organizativos que a su vez permitieron ganancias en la productividad, división del trabajo efectiva, reorganización de redes comerciales y mercantiles.
Propone dos tipos de organización industrial, el relativo a la innovación en maquinaria y fábrica y el que hace referencia a las técnicas manuales y sistemas domésticos.
Sobre su pensamiento podemos obtener tres conclusiones, el crecimiento industrial se produce durante todo el siglo XVIII; el cambio tecnológico fue temprano y se extendió por toda la industria; la importancia y novedad de formas de organización de trabajo industrial.

Elena Marcos
(tiene problemas con el blog y no ha podido subirlo ella)

Hobsbawm sobre la revolución industrial británica



Durante largo tiempo los historiadores han prestado una atención relativamente escasa a la "revolución industrial" británica. A pesar de algunos esfuerzos, y hasta tiempo muy reciente, el problema general palideció un ligero descuido o más bien un oscurecimiento. Es que la moda de negar la existencia misma de la revolución industrial ganó considerable terreno entre la primera y la segunda guerra. Esta manifestación de oscurantismo histórico tiene su origen, probablemente, en una desconfianza general por las revoluciones y en una inclinación, no menos difundida, en favor del cambio lento y gradual. Como afirma T. S. Ashton "es peligroso descuidar el hecho esencial de la continuidad". El argumento preferido contra la existencia de la revolución industrial es que el capitalismo "tuvo su origen mucho antes de 1760 y alcanzó su desarrollo pleno mucho después de 1830", es decir que entre esos años se produjo a lo sumo una "evolución acelerada", pero ningún  cambio imprevisto, ni de fondo.
Esta opinión se difundió ampliamente entre los historiadores no marxistas, sobretodo entre los que no se especializan en la historia económica, y naturalmente desalentó cualquier intento de investigar un problema cuya existencia misma era negada.

En Eric Hobsbawm, En torno a los orígenes de la Revolución Industrial,  Siglo veintiuno editores, Madrid, 1971, pp 89-91.


Laura Martínez